Baltimore, Maryland – 26 de noviembre de 2025 – En un giro que podría reavivar las esperanzas de playoffs de los Cincinnati Bengals, el quarterback estrella Joe Burrow regresa al campo este jueves en el Día de Acción de Gracias, justo a tiempo para un duelo divisional de alto voltaje contra los Baltimore Ravens. Con los Bengals hundidos en un decepcionante 3-8, el regreso de su líder ofensivo tras 75 días de ausencia por una grave lesión en el dedo del pie se presenta como el regalo perfecto para una afición que clama por un milagro en la recta final de la temporada regular.
Burrow, de 28 años y seleccionado en la primera ronda del Draft de 2020, no ha pisado el césped desde la Semana 2, cuando sufrió una lesión de turf toe de grado 3 en el dedo gordo del pie derecho durante la victoria sobre los Jacksonville Jaguars el 14 de septiembre. La dolencia, que involucró un desgarro en el tendón del pie, requirió cirugía inmediata el 19 de septiembre, con un pronóstico inicial de tres meses de recuperación. Sorprendentemente, el mariscal de campo de LSU superará ese plazo por unas semanas, demostrando su legendaria resiliencia y dedicación a la rehabilitación. «Entiendo por qué la gente se siente así. Pero mírenlo desde mi perspectiva. Soy un jugador de fútbol americano, y si me lesiono, voy a pasar por el proceso de rehabilitación y les avisaré a todos cuando sienta que puedo salir a jugar», declaró Burrow en una rueda de prensa reciente, descartando cualquier temor a recaídas. «Realmente no sé qué más decir al respecto. Nunca voy a decirle a alguien: ‘Sí, estoy sano, pero no creo que deba jugar’. Eso no tiene mucho sentido, no voy a vivir mi vida y jugar este deporte con miedo de que algo suceda».
La ausencia de Burrow ha sido devastadora para unos Bengals que arrancaron la campaña con un prometedor 2-0, pero que han encadenado ocho derrotas en los últimos nueve encuentros, permitiendo un promedio de 32.7 puntos por juego en contra –la peor marca de la liga en ese rubro. Sin su precisión quirúrgica (68.5% de pases completos en sus primeros dos juegos) y su capacidad para extender jugadas, el ataque de Cincinnati ha promediado apenas 22.5 puntos por partido, dependiendo de suplentes como Jake Browning y un Joe Flacco que, irónicamente, regresa a Baltimore –donde ganó un Super Bowl en 2000– como posible relevo de emergencia. Actualmente, los Bengals marchan tres juegos por detrás de los Ravens (6-5) y los Pittsburgh Steelers en la AFC Norte, una división que se ha convertido en un campo de minas para el equipo de Zac Taylor.
«A estas alturas, prácticamente tenemos que ganar todos los partidos. La única manera de lograrlo es atacando cada semana como si tuviéramos que ir 1-0 esa semana y pasar a la siguiente», enfatizó Burrow, consciente de que una racha invicta en las seis semanas restantes es el único boleto matemático a los playoffs. Su regreso no solo revitaliza un ataque que cuenta con estrellas como Ja’Marr Chase (líder en yardas aéreas de la liga con 1,200) y Tee Higgins (ausente por conmoción cerebral esta semana), sino que inyecta energía en una defensa que ha cedido 360 puntos en 11 juegos. En redes sociales, la emoción es palpable: «Joe Burrow back = playoff hopes looking spicy», tuiteó un aficionado, mientras que analistas como Wiz Betz advierten sobre apuestas conservadoras en su movilidad limitada post-lesión.
El enfrentamiento en el M&T Bank Stadium, programado para las 8:20 p.m. ET (NBC), cierra una triple cartelera de Acción de Gracias que evoca tradiciones NFL de décadas. A mediodía, los Green Bay Packers visitan a los Detroit Lions en el icónico Ford Field –hogar del juego del jueves desde 1934, salvo un breve paréntesis en 1982–, transmitido por FOX. A las 4:30 p.m., los Kansas City Chiefs de Patrick Mahomes chocan con los Dallas Cowboys en un duelo de alto octanaje por CBS, completando la jornada que la NFL expandió a tres juegos en 2006 para maximizar la audiencia festiva.
Para Burrow, este no es solo un regreso: es personal. «Es una rivalidad divisional. Es intenso, algo que quería vivir», admitió el quarterback, recordando sus días de infancia frente al televisor. «Crecer viendo a Calvin Johnson, el receptor estrella de los Lions, jugar en Thanksgiving en Detroit… Esas son memorias que tienes, y siempre quise ser la persona en el campo». Ahora, con una racha personal de siete victorias consecutivas (su última derrota fue el 1 de diciembre de 2024), Burrow enfrenta a un Lamar Jackson en su mejor versión: los Ravens han ganado cinco seguidos tras un arranque 1-5, con una defensa que ha mejorado drásticamente en las últimas seis semanas, limitando a quarterbacks rivales a un promedio de 180 yardas aéreas.
Los expertos ven a Baltimore como favorito por siete puntos, con una línea total de 51.5, pero el factor Burrow podría inclinar la balanza en un «test de estrés» para ambas ofensivas. «Algo tiene que ceder», resume el preview oficial de los Bengals, que juegan su segundo Thanksgiving en la historia del equipo –el primero en 15 años– ante un rival que los ha dominado en tres de los últimos cuatro encuentros.
Mientras las familias estadounidenses se reúnen alrededor de la mesa del pavo, el regreso de «El Caballero Oscuro» de Cincinnati promete ser el plato fuerte de la noche. ¿Podrá Burrow, con su pie aún en recuperación, liderar una remontada épica? La respuesta llegará bajo las luces de Baltimore, donde el fútbol y la gratitud se entrelazan en una noche inolvidable. Who Dey Nation contiene la respiración.
