Brad Pitt y su película sobre la Fórmula 1: ¿Ficción o realidad en el automovilismo?

Resulta complicado negar que la Fórmula 1 pasó a ser una suerte de moneda de cambio dentro de la cultura popular. Tras el suceso de Drive to Survive en Netflix y el estreno de la película F1 de Joseph Kosinski, que ya figura en cartelera y alcanzó una recaudación de US$ 144 millones a nivel global, el automovilismo, antes limitado a un público reducido, acapara hoy la atención mundial. Pero surge una pregunta: ¿Hollywood comprende con claridad lo que comercializa?

En esta producción, Brad Pitt encarna a Sonny Hayes, un corredor estadounidense venido a menos que vive dentro de una furgoneta y conserva un carisma indiscutible. Recibe la propuesta de rescatar la escudería de un antiguo colega, al borde de desaparecer. La trama no se concentra tanto en la adaptación de Sonny a su nuevo ámbito, sino más bien en el equipo APXGP, que procura ajustarse al carácter indómito y caótico que él impone en las pistas y fuera de ellas.

Mantiene roces con su joven compañero de equipo, Joshua Pearce (Damson Idris), inicia un vínculo sentimental con la jefa técnica, Kate McKenna (Kerry Condon) y reafirma aquella vieja premisa del cine deportivo: que la verdadera conquista nace del esfuerzo colectivo y la pasión genuina, no de la fortuna ni de la fama.

Es, en términos objetivos, un largometraje de acción correcto que ofrece dos horas y media de drama atractivo, tanto en la pista como detrás de escena.

No obstante, como seguidores comprometidos de la Fórmula 1, buscamos evaluar si logra retratar el deporte con fidelidad o si apenas añade un barniz hollywoodense a una disciplina extenuante, estratégica y grupal.

Crítica de la película F1

En términos generales, F1 satisface los principales requisitos que definen una película efectiva. La fotografía se muestra prolija y enérgica, mientras que la banda sonora compuesta por Hans Zimmer genera un clima sonoro de gran potencia. A esto se suman actuaciones que resultan creíbles y bien construidas.

La narración sobre el progreso de APXGP, que pasa de ocupar el último lugar en la parrilla a alcanzar la cima, junto con los conflictos personales que surgen en ese recorrido, consigue captar el interés, aunque por momentos se percibe previsible. Se destacan ciertos detalles simbólicos que están bien trabajados, como la temeridad de Sonny, representada en su costumbre de llevar una carta de juego cuando participa en las carreras, o en el contraste entre su casa y su forma de vestir frente a la de su compañero. La presencia de marcas comerciales aparece de manera notoria, aunque sin tornarse invasiva.

El director de "F1", Joseph Kosinski, y las estrellas Brad Pitt, Kerry Condon y Damson Idris llegan al estreno de la película.
El director de «F1», Joseph Kosinski, y las estrellas Brad Pitt, Kerry Condon y Damson Idris.

Sin embargo, la película pierde fuerza en el desarrollo de los personajes, ya que la mayoría, en especial las mujeres, aparecen unidimensionales y carecen de profundidad. De todos modos, si leés este artículo en busca de una respuesta sobre si vale la pena verla, podés darle una oportunidad. Está bien realizada, resulta entretenida y, sin duda, no te vas a aburrir.

La F1 como modelo de carreras de Fórmula 1

Si se apartan los criterios cinematográficos y se observa la película solo como fanáticos de las carreras, F1: La película igual resulta sorprendentemente cercana, pese a su dramatismo inevitable.

Primero, se valora el empeño del filme por integrar su relato ficticio en el universo real de la Fórmula 1. Aparecen escenas con pilotos reales en el paddock o en el podio y se menciona Drive to Survive junto a figuras reconocidas de los medios. El largometraje recompensa a los seguidores atentos con una enorme cantidad de referencias y chistes internos.

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